En la antigüedad, los escritos se guardaban en los templos y en los palacios reales hasta
que aparecieron las bibliotecas. Las más antiguas que se conocen se crearon en Asiria
y Babilonia hacia el año 500 a.C. Gracias a ellas podemos conocer hoy muchos documentos
y hechos de la antigüedad.
Aquellas bibliotecas eran muy diferentes de las que conocemos ahora. En ellas no podía
entrar cualquiera y los documentos no salían nunca de ellas. Julio César fue el primero
que se preocupó de crear bibliotecas públicas en Roma, pero hasta el siglo XIX no
se desarrollaron demasiado. La primera biblioteca de préstamo europea se creó en el
siglo XVIII en Edimburgo (Escocia).
Las bibliotecas modernas se preocupan principalmente de difundir el saber entre los
ciudadanos mediante servicios como la sala de consulta, el préstamo a domicilio, la
difusión de sus catálogos por Internet, etc.
HÉCTOR, UN PEQUEÑO GRAN LECTOR
martes, 18 de mayo de 2010
¿Lo sabías?
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martes, mayo 18, 2010 | by Noemi
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