Aquí surgió la pasión por la lectura.
Enseguida los libros y tú establecísteis un guiño de complicidad y ahora ya no podéis vivir el uno sin el otro. Me gusta esta dependencia.
Cuando acaba el día y cierro la puerta de la biblioteca, me sorprende una sonrisa pícara, ¿que harán los libros en mi ausencia? ¿Hablarán de sus lectores, de el viaje a sus casas, de las miradas que recorrieron sus renglones, de las risas, suspiros y emociones que atraparon sus páginas cuando cerraron las tapas, al desvelar el ansiado final? Tal vez, se sienten algunos en nuestra alfombra mágica y se cuenten historias, una tras otra toda la noche.
Si pudiera ser un libro más, una sola noche...
HÉCTOR, UN PEQUEÑO GRAN LECTOR
miércoles, 12 de mayo de 2010
TU BIBLIOTECA
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miércoles, mayo 12, 2010 | by Noemi
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